¿CUÁNTO VIVE UN JACK RUSSELL?

Esperanza de vida de un Jack Russell 

El Jack Russell es un perro pequeño, por lo que de media vive más tiempo que las razas de perros medianos o grandes. La esperanza de vida del Jack Russell es de 13 a 16 años. Pero no pierdas de vista que se trata solo de un simple promedio, y que es muy posible que tu perro viva más años. Desafortunadamente, también puede ocurrir lo contrario, ya que tu Jack Russell siempre puede sufrir un accidente o una enfermedad como el cáncer.

¿Cómo alargar la esperanza de vida de un Jack Russell?

Puedes hacer todo lo que esté en tu mano y adoptar algunos hábitos muy simples para asegurarte de que tu perro goce de buena salud.

Ofrécele una buena alimentación

La alimentación de tu Jack Russell tiene un impacto directo sobre su salud. La comida que ofrezcas a tu perrito puede ayudarte a mantenerlo en forma, siempre que elijas una dieta adaptada y de calidad. Para ello, evita los productos de supermercado. Aprende a leer las etiquetas y descarta los piensos o patés cargados de aditivos o edulcorantes. Los mejores productos son los elaborados a partir de proteínas de calidad superior, en su mayoría de origen animal. No olvides adaptar la dieta a la edad de tu perro (dale comida para cachorros, para perros senior...), así como a su estado (esterilizado, si está enfermo, etc.).

El ejercicio, esencial

A pesar de su reducido tamaño, el Jack Russell tiene un carácter muy enérgico. Por lo tanto, necesita hacer ejercicio todos los días para estar perfectamente equilibrado. Un perro aburrido puede estresarse y empezar a dar vueltas, volverse destructivo o ponerse a ladrar. Esto puede ocurrir especialmente si vives en un apartamento con tu Jack Russell. Recuerda proporcionarle suficientes juegos y juguetes para que se entretenga.

No descuides la educación 

Puede parecer sorprendente, pero educar a tu Jack Russell adecuadamente también te permite prolongar su esperanza de vida. De hecho, es a través del adiestramiento y el aprendizaje que podrás mantener a tu perrito bajo control. Si le enseñas a acudir cuando le llames, volverá enseguida si se te escapa. La llamada es la primera orden que debes enseñarle a tu peludo.

Seguimiento veterinario

Por último, ¡no olvides cuidar a tu Jack Russell! Esto implica un seguimiento veterinario regular para ponerle los recordatorios de vacunas, pero también desparasitarlo y los antiparasitarios contra pulgas y garrapatas. A medida que envejece, no es mala idea hacer pequeñas revisiones a tu perrito.

Enfermedades comunes del Jack Russell

A pesar de tener una constitución robusta, el Jack Russell no es completamente inmune a las enfermedades.

• Problemas dentales: lamentablemente, las infecciones dentales son bastante comunes en el Jack Russell. Se manifiestan por enrojecimiento e hinchazón, que pueden provocar aflojamiento y pérdida de dientes. Es fundamental que tu Jack Russell tenga una higiene dental impecable. Cepilla sus dientes con regularidad. El Jack Russell también se ve afectado por anomalías dentales, como dientes mal alineados, maloclusión u oligodoncia.

• Problemas oculares: el Jack Russell suele ser bastante propenso al glaucoma y las cataratas. Estas dos enfermedades pueden eventualmente conducir a una ceguera completa, lo que afecta a la vida diaria del animal y requiere que hagas algunos ajustes en vuestra vida cotidiana. Sin embargo, se puede operar.

• Enfermedad de Legg-Calvé-Perthes: se trata de una enfermedad degenerativa de origen genético. Lamentablemente, su causa es poco conocida. Esta patología afecta a la cadera y provoca problemas articulares, como el debilitamiento de la cabeza del fémur, que puede conducir muy rápidamente a su fractura. A menudo es necesaria cirugía.

• Epilepsia: en este caso, se desconoce la causa de los ataques. Muchas razas de perros se ven afectadas por este tipo de epilepsia, caracterizada por convulsiones y pérdida del conocimiento que dura de segundos a minutos. Las convulsiones se pueden limitar con tratamiento.

• Hiperactividad: desafortunadamente, el Jack Russell también se ve afectado por problemas de comportamiento, especialmente hiperactividad. Este perro, ya muy enérgico de por sí, puede volverse inestable. Para evitar tener que lidiar con esta complicada situación, educa y socializa correctamente a tu perro desde una edad temprana y hazle hacer ejercicio todos los días.