MI PERRO LADRA: POR QUÉ Y QUÉ HACER PARA EVITARLO

Un perro ladrador puede convertirse fácilmente en una fuente de estrés, sobre todo si vives en la ciudad y no quieres molestar a los vecinos. Pero tu compañero de cuatro patas nunca ladra sin razón. Para tratar de solucionar el problema, primero hay que comprenderlo.

¿Por qué mi perro ladra?

El ladrido es el privilegiado modo de comunicación de los perros. Algunas razas de perros ladran mucho, otras son más calladas. Es especialmente el caso de las razas tricolores seleccionadas para la caza. Estas deben hacerse oír de lejos y por tanto saben dar la voz de alarma. Pero en todo caso, también hay que tener en cuenta otros factores.

Porque se aburre

Una de las primeras causas por las que un perro ladra es el aburrimiento. Si te ausentas durante demasiado tiempo o demasiado a menudo y tu perro no sabe qué hacer en tu piso o jardín, hay muchas probabilidades de que acabe manifestándose de forma ruidosa.

Porque defiende su territorio

Algunos perros tienen un instinto de protección o guardia muy grandes. En estos casos, se ponen a ladrar en cuanto un “intruso” se acerca. Si bien este comportamiento es bienvenido cuando se trata de perros guardianes, enseguida se convierte en un problema si tu perrito se pasa todo el rato ladrando cada vez que un vecino sale de su casa o que alguien pasa por delante de tu jardín.

Porque está nervioso

A veces a los perritos les cuesta gestionar su grado de nerviosismo. Esto se puede manifestar con un cierto frenesí o con ladridos, como cuando coges la correa para sacarlo a pasear, por ejemplo, o cuando le propones jugar.

Porque tiene miedo

Un perro que ladra todo el tiempo es quizás un perro que tiene miedo. Para él esta es la única manera de expresar sus temores. Si tu perrito tiende a ladrar a los paseadores, a los demás perros o incluso a los coches, muy probablemente sufra un problema de socialización.

Porque ha sido condicionado

Los perros son animales inteligentes, que asocian con bastante rapidez dos acciones entre sí. Si acudes a él cada vez que se expresa un poco, tu peludo entenderá enseguida que basta con comportarse así para obtener algo de ti.

Porque le duele algo

Un perro también puede ladrar para expresar un dolor o una incomodidad. En este caso, también podrá manifestarlo con ladridos intempestivos, que por otro lado son bastante fáciles de reconocer, pues no se parecen a ningún otro.

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Mi perro ladra: ¿qué hago?

Una vez hayas descubierto la fuente del problema, llega la siguiente pregunta: ¿cómo hacer que se calle un perro que ladra a menudo?

Si tu perro se aburre

Una de las primeras soluciones para un perro que ladra, si se aburre, es permitir que se mantenga ocupado, especialmente cuando te ausentas. Cómprale juguetes interactivos y de inteligencia. Tómate también el tiempo de sacarlo a pasear antes de irte y de jugar con él para intentar cansarlo un poco.

Si tu perro defiende su territorio

Si usas a tu perro como perro guardián, es difícil que le hagas cambiar sus costumbres. En cambio, puedes tratar de temporizar este comportamiento adoptando diversas estrategias. En primer lugar, evita permitir a tu compañero de cuatro patas que se coloque en lugares estratégicos que le den una buena visión de la llegada de posibles intrusos. Por ejemplo, impídele ponerse en la ventana o acercarse al portal. En el jardín, pon brezo o mimbre de ocultación para evitar que vea a la gente que pasa. Si tu perro se pone a ladrar mientras estás en casa, ordénale inmediatamente que pare con un “stop” firme. A continuación, felicítalo si para.

Si tu perro tiene miedo

Un perro que ladra en el coche, en la calle o al mínimo paseante es un perro cuya socialización debe retomarse desde cero. Por ejemplo, puedes llevarle a una escuela especializada, para permitir que tu compañero de cuatro patas conozca a otros perros, o llevarlo a un educador canino. Deshacerte de los miedos de tu perro te llevará un tiempo, pero es una etapa necesaria para que puedas vivir tranquilo.

Si tu perro ha sido condicionado

Tendrás que reeducar a tu perrito, lo cual no es tarea fácil. Pero es absolutamente necesario acabar con sus malos hábitos. En un primer momento, comienza por ignorar a tu perro cada vez que manifieste su impaciencia. A continuación, refuerza los comportamientos positivos con la ayuda de recompensas (felicitaciones, chuches, juegos).

Si a tu perro le duele algo

En este tipo de casos, la única solución es encontrar el origen del sufrimiento de tu perro y curarlo. No sirve de nada llevar a cabo estrategias particulares para hacer que pare de ladrar; solo un tratamiento podrá ayudarte. Si constatas que tu amigo de cuatro patas sigue dando voces a pesar de todos tus intentos, consulta al veterinario para asegurarte de que esto no esconde una patología grave.

Si los comportamientos molestos persisten, pide consejo a un educador canino. Evita los collares antiladridos: no permiten solucionar el problema de raíz y de todos modos rara vez son eficaces, además de ser crueles.

Los ladridos ante la ley

¿Cuál es la normativa contra un perro que ladra? En España, los problemas de contaminación acústica se citan en la Ley del Ruido, aunque no existe una normativa armonizada a nivel estatal, sino que es una competencia que recae en los Ayuntamientos. Los ladridos de un perro como situación sancionable o denunciable suelen recogerse en las ordenanzas municipales de protección contra ruidos o de convivencia ciudadana. Algunas Comunidades Autónomas también tienen sus propias leyes de Protección contra la Contaminación Acústica. En todo caso, la OMS cifra en 60 decibelios el límite durante el día y en 40 durante la noche.

Así, un perro que ladra continuamente, día y noche, podría considerarse contaminación acústica, definida como sigue en la Ley del Ruido:

“Presencia en el ambiente de ruidos o vibraciones, cualquiera que sea el emisor acústico que los origine, que impliquen molestia, riesgo o daño para las personas, para el desarrollo de sus actividades o para los bienes de cualquier naturaleza, o que causen efectos significativos sobre el medio ambiente”.

En el caso de un perro que ladra de forma continuada por las noches, interfiriendo en la tranquilidad del vecindario de manera repetida y regular, el propietario puede ser demandado. Porque un perro que ladra constantemente puede ser agotador. Puedes exponerte a multas, y la convivencia entre vecinos también se vería comprometida, lo que puede, eventualmente, convertirse en un problema. Por eso es muy importante solucionar esta situación antes de que empeore, por tu bienestar y el de tus vecinos.

PUBLICADO EL 23/12/2020 - HECTOR KITCHEN, TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

Por el equipo médico y científico Hector Kitchen

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