¿CUÁNTO VIVE UN SHIBA INU?

El Shiba Inu pertenece a las razas de perros llamadas primitivas, y como tal es robusto y suele gozar de buena salud. ¿Pero significa eso que esté completamente a salvo de enfermedades?

¿Cuál es la esperanza de vida de un Shiba Inu?

La esperanza de vida media de un Shiba Inu es de entre 13 y 15 años, pero no es raro que este perrito viva más. Así, se puede decir que la esperanza de vida del Shiba Inu es relativamente larga en comparación con otras razas menos afortunadas. Los perros grandes, especialmente, viven mucho menos que los demás. Por supuesto, hablamos de algo general. También debemos tener en cuenta los imprevistos, como las enfermedades y los accidentes. Sin embargo, puedes poner todo de tu parte para ofrecerle a tu Shiba Inu el mejor entorno posible.

¿Cómo alargar la esperanza de vida de mi Shiba Inu?

Apuesta por una alimentación de calidad

La buena salud de tu perro depende sin duda del contenido de su comedero. Por eso su alimentación debe ser de la mejor calidad posible. Para ello, trata de evitar los productos que se venden en supermercados y grandes almacenes. Sus ingredientes son muy mediocres y su procedencia cuestionable. Además, muy a menudo se elaboran a partir de proteínas de origen vegetal, mientras que el perro es un animal carnívoro. Decántate por pienso fabricado a base de proteínas de origen animal: no es necesariamente más caro y cubrirá mucho mejor las necesidades nutricionales de tu mascota. Ten también en cuenta que la dieta de tu Shiba Inu irá cambiando con el tiempo, dependiendo de su edad, peso y salud general.

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Llévalo al veterinario con regularidad

No olvides las revisiones veterinarias anuales. De este modo no solo podrás ponerle los recordatorios de las vacunas necesarias, sino que también podrás verificar que tu perrito esté bien. No dudes en pedir un pequeño chequeo cuando tu Shiba Inu empiece a envejecer. Por tu parte, recuerda desparasitar a tu perro y administrarle los antiparasitarios recomendados contra pulgas y garrapatas. Finalmente, completa los cuidados de tu Shiba Inu con un cepillado regular.

Educa correctamente a tu Shiba Inu

La educación afecta indirectamente a la esperanza de vida de un perro. Es gracias a ella que tu peludo podrá vivir sin problemas en su entorno. Al educar a tu perro, también aumentas tus posibilidades de mantenerlo bajo control en todo momento para evitar accidentes, incluso cuando no esté atado. Lo más importante que debes enseñarle a tu Shiba Inu es a venir cuando le llames, así como a caminar con correa.

Hazle hacer ejercicio

Los Shiba Inu son perritos ágiles y vivaces. Por lo tanto, es muy importante que estiren las patas todos los días, durante un buen paseo complementado con salidas más cortas para hacer sus necesidades. Un Shiba Inu inactivo acabará poniéndose triste y deprimiéndose. La salud mental está estrechamente relacionada con la salud física.

Enfermedades comunes del Shiba Inu 

Afortunadamente, este Spitz japonés se ve mucho menos afectado por enfermedades que otras razas de perros. Aun así, puede sufrir diversos problemas de salud.

  • Trastornos oculares: principalmente glaucoma, cataratas y atrofia progresiva de retina. El glaucoma es una deformación del globo ocular causada por un aumento de la presión en el ojo. Es muy doloroso y produce estrabismo, secreciones, la córnea se vuelve azulada y los ojos se enrojecen. Debe ser tratado lo antes posible, ya que puede producir ceguera. Las cataratas se caracterizan por la opacificación del cristalino. Visualmente, se vuelve más turbio y claro. No hay tratamiento, pero se puede reemplazar el cristalino por una lentilla artificial. Por último, la atrofia progresiva de retina es una degeneración de la retina. Es una enfermedad bastante común en el Shiba Inu. Desafortunadamente, no existe tratamiento y conduce inevitablemente a la ceguera. El perro no sufre dolor, pero habrá que hacer algunos ajustes en su día a día para que conserve una buena calidad de vida.

  • Gangliosidosis: también conocida como enfermedad de Norman-Landing, esta patología hereditaria, afortunadamente rara, es una enfermedad de sobrecarga lisosomal. Lleva a la acumulación de gangliosidosis GM1 en el cerebro y las vísceras. Los síntomas, que aparecen temprano, son sobre todo trastornos neurológicos (pérdida del equilibrio, dificultad para caminar, etc.). No existe tratamiento, y los perros suelen ser sacrificados poco después de un año para evitar que sufran innecesariamente.