LA OBESIDAD EN PERROS Y GATOS

En los países desarrollados, la proporción de mascotas con sobrepeso o incluso obesas es casi tan alta como la de los humanos. Sin embargo, no, ¡un gordinflón no es un animal sano! El sobrepeso y la obesidad en perros y gatos son enfermedades reales que deben tomarse muy en serio desde sus primeras manifestaciones.

¿Qué composición y cantidad para evitar la obesidad en perros y gatos?

A menudo por amor, tendemos a sobrealimentar a nuestras mascotas. La mayoría de las veces es solo para complacerlos. Salvo que atiborrarlos de comida es lo peor que podemos hacer por ellos... La obesidad en perros y gatos plantea los mismos problemas de salud que en los humanos que la padecen: puede causar una verdadera incapacidad, o incluso reducir considerablemente la vida del animal.

La obesidad en perros y gatos es la primera causa de consulta nutricional con el veterinario, y no es sorprendente. Un estudio de 2014 de la Asociación de Fabricantes de Alimentos para Mascotas de Gran Bretaña (PFMA, Pet Food Manufacturers Association) estimó que el 45% de los perros y el 40% de los gatos domésticos no solo tenían sobrepeso, sino que eran claramente obesos. Para el 77% de los veterinarios entrevistados en el mismo estudio, el fenómeno empeoró considerablemente entre 2010 y 2015.

Sin embargo, puede resultar extremadamente complicado para el médico hacer que el propietario admita que su mascota tiene sobrepeso. Demasiados factores psicológicos entran en juego... ¡Tener que admitir que has perjudicado a tu animalito creyendo que hacías lo correcto no es fácil! Sin embargo, hay que aceptar la obesidad de tu perro o gato para configurar la dieta y el seguimiento adecuados, que permitirán al animal recuperar su peso saludable y gozar de una mejor salud.

¿Qué es la obesidad?

Dado que la obesidad es una enfermedad que afecta tanto a humanos como a animales, basémonos en la definición de la OMS, que tiene el mérito de ser explícita: “el sobrepeso y la obesidad son una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede perjudicar la salud ”. Sin embargo, aunque las manifestaciones de la obesidad en perros y gatos son obvias incluso para los no entendidos (un perro o un gato demasiado rellenitos se identifican claramente), las causas de esta enfermedad pueden ser más complejas de determinar.

De hecho, la obesidad en perros y gatos es una enfermedad multifactorial, que puede tener un origen genético (ciertas razas de perros o gatos están predispuestas, ver recuadro) o fisiológico (un desequilibrio metabólico u hormonal). Ciertas enfermedades como la diabetes también son causa de obesidad en perros y gatos. Tampoco se debe descuidar el factor humano y el entorno de vida: además del "atiborramiento" que puede sufrir el animal, el estrés ligado a la angustia psicológica de su dueño o simplemente el aburrimiento, el hecho de que el lugar donde vive sea inadecuado o demasiado pequeño, pueden hacer que un animal se refugie en la comida (¡un poco como los humanos!).

De manera más general, es la consecuencia de trastornos alimentarios, de una alimentación inadecuada combinada con un estilo de vida sedentario del animal.

👉 Obesidad en los perros

A diferencia de los gatos, la frecuencia de obesidad en los perros aumenta con la edad, y también la del dueño... el 70% de los perros obesos tienen más de 9 años. En los perros, las hembras están más predispuestas (casi un 60% según algunos estudios), siendo la esterilización un factor agravante tanto para machos como para hembras.

Incluso más que en los gatos, la dimensión social de las comidas es un factor de riesgo en la obesidad de los perros. Los humanos y los perros suelen comer juntos, y cuando el animal se convierte para los humanos en algo más que una mascota, en un sustituto emocional, llegan el abuso de las golosinas y por tanto la obesidad. Los dueños a menudo traducen las solicitudes de interacción del animal como solicitudes de comida.

👉 Obesidad en los gatos

La edad adulta es una etapa de especial riesgo para los gatos, especialmente entre los 5 y 11 años. Pasados los 13 años, el peso tiende a disminuir. La esterilización es la principal causa de obesidad en los gatos, pero también el género (los machos estarían más predispuestos) y el estilo de vida. Se sabe que el uso de progesterona como anticonceptivo provoca obesidad en las gatas.

Pero a diferencia de los perros, los trastornos metabólicos les afectan menos y, por tanto, no causan obesidad en los gatos.

¡PRUÉBANOS!

30 días de pienso a

-50%

Entregado en tu casa. Sin compromiso

Gatos y paté, una historia difícil

Aunque necesario en su dieta, los gatos suelen ser más reacios que los perros a comerse sus tarrinas (¡aunque no todos!). Esto se debe a que para estos paladares tan delicados entran en juego varios parámetros: el olor de un alimento nuevo (no dudes en mezclarlo con el anterior al principio), su temperatura (si acaba de salir de la nevera ni lo pienses), la forma y la textura (se comerá más rápido un paté picado que una gelatina, un comedero grande será más cómodo, etc.), el sabor (tira un paté que haya estado abierto demasiado tiempo, Kitty probablemente no lo querrá). Por último, no debemos olvidar que cualquier cambio, incluida la alimentación, puede ser una fuente de estrés para un gato, y una buena razón para despreciar la comida que se le asocia. Con los gatos todo es posible, ¡pero hay que ir despacio!

Los riesgos del sobrepeso y la obesidad en perros y gatos para su salud son numerosos y han sido científicamente demostrados:

  • Mortalidad precoz: 20% antes en perros jóvenes con un 20% de sobrepeso (Williams & Newberne, 1970), 2 años de vida menos para el Labrador (Kealy, 2002).

  • Trastornos locomotores: riesgo de artrosis, rotura del ligamento cruzado, hernia discal.

  • Trastornos cardio-respiratorios: hipertensión, colapso traqueal en razas enanas, trombosis de la vena porta e infarto de miocardio. En razas braquicefálicas (Bulldogs, Carlinos...), el sobrepeso exacerba los signos clínicos de parálisis laríngea y síndrome de obstrucción de las vías respiratorias.

  • Trastornos endocrinológicos: trastornos del metabolismo, pancreatitis aguda, diabetes azucarada.

  • Más cánceres (vejiga ) y tumores mamarios en hembras.

  • Incontinencia marcada en hembras castradas.

  • Disminución de la inmunidad: el animal es más susceptible a infecciones, incluso locales, que se vuelven más frecuentes.

  • Complicaciones anestésicas más habituales.

Detectar la obesidad en los perros

Es difícil juzgar por ti mismo las “curvas” de tu mascota... ¿No es simplemente que está sano? Para ser objetivo, es mejor hacer caso a la opinión (imparcial) de tu entorno, y sobre todo del veterinario. Además, determinar el peso óptimo de un perro o un gato, si se basa en algunos elementos tangibles, sigue siendo difícil porque depende de los individuos y de su raza.

En cualquier caso: el peso óptimo de un animal significa que tiene aproximadamente un 20% de grasa en su cuerpo. Puedes comenzar comparando al perro o gato con el perfil tipo, y puedes comprobarlo tú mismo palpando a tu mascota:

  • Acariciando a tu perro o gato a contrapelo con las yemas de los dedos, ¿notas fácilmente la caja torácica (sin ejercer presión)?

  • Asimismo, ¿sientes fácilmente la columna, las caderas y los omóplatos?

  • ¿Notas la forma de las costillas?

  • Si es así, ¿te parecen anchas?

  • Si no, con las manos planas, acaricia los flancos de tu perro o gato. ¿Sientes un estrechamiento del abdomen a la altura de la cintura?

  • En caso positivo, ¿tiene el estómago flácido?

  • En caso contrario, ¿tiene problemas de locomoción?

¿Qué deberíamos concluir al final de estas maniobras? Deberíamos sentir fácilmente las costillas, los contornos de la pelvis y las apófisis en perros (el punto redondeado a lo largo de la línea de la espalda) de determinadas vértebras. El estómago debe estar elevado, la cintura definida y debe haber una pequeña cantidad de grasa abdominal.

¿Cómo tratar la obesidad en perros y gatos?

El sobrepeso y la obesidad en perros y gatos deben ser atendidos de forma sistemática, idealmente desde sus primeras manifestaciones (cuando se observe aumento de peso, aunque sea mínimo) con un completo chequeo en el veterinario (hipertiroidismo, diabetes, etc.). Y para tratarlos, no hay un millón de soluciones: hay que combinar al mismo tiempo una corrección nutricional, implementar una actividad física supervisada y, según el caso, gestionar los posibles trastornos del comportamiento alimentario o, en determinados escenarios, prescribir medicamentos específicos.

El primer paso para gestionar la obesidad de un perro consiste en evaluar las causas y consecuencias del sobrepeso con precisión, con la ayuda de su veterinario. Y está claro que la alimentación tiene un papel vital en el manejo de esta enfermedad. Debe establecerse necesariamente una dieta para adelgazar. Para la obesidad "simple" (ingesta calórica excesiva en relación con el gasto), las medidas dietéticas y una mejora en el estilo de vida pueden ser suficientes.

Y no te olvides de las verduras o incluso el paté de calidad: alimentos saludables ricos en agua que ayudarán a tu mascota a sentirse saciada y limitarán la ingesta calórica.

Por otro lado, si los trastornos hormonales son evidentes, requerirán un tratamiento específico. Si existe un trastorno alimentario, también habrá que tratarlo. Luego jugaremos con la forma en que se toman las comidas, como hemos explicado en nuestro artículo anterior. En el caso de un animal glotón, sistemas como los dispensadores o las alfombrillas de búsqueda obligan al animal a hacer un esfuerzo y ejercitarse más para comer, así como a ingerir cantidades menores de comida con cada bocado.

Las reglas de una dieta de adelgazamiento exitosa

Cada animal es diferente, ¡así que habrá tantas dietas para perder peso como individuos! Sin embargo, existen algunas reglas básicas y tres formas de establecer una dieta para adelgazar: utilizando un alimento menos apetecible, manteniendo el mismo tipo de alimento pero reduciendo la cantidad ofrecida, o utilizando un alimento menos energético, rico en proteínas de calidad.

En cuanto a la composición del alimento en sí, existen varias estrategias: reducir la cantidad de glúcidos o incluso grasas, aumentar el contenido de fibra y la humedad. Intenta evitar el déficit de proteínas y no hacerle consumir demasiados glúcidos. También se recomienda la ingesta de L-Carnitina, ya que favorece la oxidación de los lípidos.

En general, es necesario:

  • pesar la ración con una balanza, porque los vasos dosificadores muchas veces no son lo suficientemente precisos

  • anotar la cantidad distribuida e ingerida a lo largo del régimen

  • dividir la ingesta de alimentos en 2 a 4 comidas al día

  • evitar chuches y sobras, ¡y asegúrate de que toda la familia humana cumpla esta regla!

  • si el animal lo reclama, ofrécele otra forma de interacción, como el juego, que desvíe su atención y, además, ¡le haga practicar deporte!

Además del régimen, es muy recomendable establecer una actividad física siempre que no haya contraindicación médica. Cuando la obesidad en perros y gatos se complica, por ejemplo por dificultades ortopédicas (artrosis), la prescripción de un tratamiento dirigido a aliviar el dolor articular puede mejorar significativamente la capacidad de movimiento, permitiendo así paseos, deportes, juegos... La pérdida de peso en sí misma es una excelente manera de reducir la discapacidad producida por la artrosis.

En todos los casos, los objetivos son los mismos: el veterinario definirá el número de kilos a perder y el tiempo previsto para hacerlo.

¿Y después?

Gordinflón ha adelgazado, ¡buenas noticias! La mala noticia es que también puede volver a engordar... si vuelven las malas costumbres. Al final de la fase de tratamiento, que suele ser larga y que requiere una buena motivación por parte del dueño y un buen seguimiento por parte del veterinario, no se ha acabado todo, ¡ni mucho menos! Si queremos evitar el famoso “efecto rebote”, que es particularmente desalentador, debemos haber pensado en los siguientes pasos.

Mantén los esfuerzos

Una vez que haya perdido los kilos de más, ¡no vuelvas a sobrealimentar a tu mascota! Y sigue haciéndole practicar deporte. La clave del éxito es el cambio de estilo de vida de tu mascota... que está muy relacionado con tu propio cambio de hábitos. Cuanto más ejemplar sea tu comportamiento a lo largo del tiempo, menor riesgo tendrá tu animal de volver a engordar.

Prepara la vuelta a la alimentación clásica

Para no recuperar peso demasiado rápido, debes vigilar dos cosas: no haber administrado un régimen demasiado severo durante el período de adelgazamiento, y sobre todo preparar gradualmente la vuelta a una dieta más clásica (todavía de calidad y razonable en términos de cantidades, pero menos hipocalórica).

Los alimentos hipocalóricos (si se usan) deben reemplazarse, en incrementos graduales de cantidad, por los alimentos habituales. La ingesta de alimentos se puede aumentar en un 10% cada 2 semanas, hasta que no se registre una pérdida de peso adicional. Esto permitirá al veterinario definir el requerimiento diario de alimentos para evitar un efecto rebote.

PUBLICADO EL 05/11/2020 - HECTOR KITCHEN, TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

Por el equipo médico y científico Hector Kitchen

¿SU DIETA PERFECTA?

¡ en 3mn !