¿PUEDE EL HUSKY VIVIR EN UN APARTAMENTO?

El Husky es una raza aparte. ¿Puede un perro de trineo, acostumbrado a vivir en inmensos paisajes nevados, acostumbrarse a vivir en un apartamento?

¿Se puede tener un Husky en un apartamento?

La pregunta es peliaguda. Algunas personas creen que vivir en un apartamento con un perro y, más aún, vivir en un apartamento con un Husky, es imposible e incluso totalmente desaconsejable. Sería un perro infeliz, dando vueltas sin saber qué hacer, sin todo el ejercicio que necesita... Hay bastantes ideas preconcebidas y prejuicios sobre este tema. ¿Están justificados? En realidad no tanto, siempre que, por supuesto, se tengan en cuenta las especificidades de la raza Husky. Tener un perro en un piso no es en absoluto imposible, pero también requiere adaptarse para evitar que el animal se suma en un profundo malestar.

El carácter del Husky hace que no siempre sea un perro fácil. Necesita un dueño conocedor de la raza y sus posibilidades. La vivienda, aunque sea importante, se vuelve casi secundaria si el perro gasta suficiente energía todos los días y pasa tiempo con su familia, especialmente fuera de casa. En cuanto a tenerlo en un apartamento, si bien por supuesto es una pregunta que debes hacerte, lo primero que tienes que plantearte es: ¿es tu estilo de vida adecuado para un perro de raza Husky? ¿Dispones de suficiente tiempo para dedicarle a tu perro cada día? ¿Eres una persona deportista? Este hermoso perro de trineo no será feliz con un amo casero que prefiere los paseítos tranquilos en lugar de las salidas deportivas.

El Husky necesita que su dueño esté presente. No importa que tenga un gran terreno a su disposición si lo relegan al fondo del jardín con muy poco contacto con su familia. Un Husky que viva en un apartamento, pero que tenga un dueño disponible, dispuesto a dedicarle varias horas al día y que pueda sacarlo a hacer ejercicio, será mucho más feliz que un Husky encerrado en una gran casa sin ningún estímulo físico o intelectual.

Antes de adoptar un Husky, piensa detenidamente en lo que implica esta raza de perro, vivas en un piso o en una casa. Desafortunadamente, muchos Huskies son abandonados cada año por dueños que no valoraron correctamente sus necesidades y que se encontraron ante un perro que en realidad no estaba hecho para ellos.

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Vivir en un piso con un Husky: comprende sus necesidades

En cierto sentido, no tener jardín puede ser un problema, pero está lejos de ser un impedimento. Un jardín no debe servir de pretexto para no sacar nunca a tu Husky. Si vives en un piso, trata de dedicar de dos a tres horas al día a caminar con tu perrito, además de salidas más cortas para que pueda hacer sus necesidades. Idealmente, durante estos paseos debería estar suelto para poder correr, pero la vida en la ciudad no siempre permite este lujo. Comprueba si hay parques para perros cerca de tu casa o espacios grandes donde se permita que estén sin correa.

Una opción genial es llevarlo a correr contigo. Si te gusta hacer footing o andar en bicicleta, patinar o incluso ir en patinete, el Husky estará particularmente feliz de seguirte. Es un perro que tiene energía de sobra. Sin ejercicio regular, el Husky terminará por aburrirse y desarrollará comportamientos problemáticos, como ladridos o conductas destructivas.

Hay otro punto que es imprescindible tener en cuenta: el Husky odia la soledad por encima de todo. No está hecho para quedarse esperándote durante horas y horas mientras estás en el trabajo. Si sueles estar fuera de casa normalmente, el Husky no es tu raza. Por supuesto, tampoco puedes quedarte en casa todo el tiempo, pero intenta no dejar nunca solo a tu amigo peludo por más de cinco horas. Para mantenerlo ocupado, cómprale juguetes interactivos, como rompecabezas. También puedes adoptar a otro perro, pero solo si realmente te lo puedes permitir. En cambio, la convivencia entre un Husky y un gato no es siempre tan obvia. Si tienes un felino en casa o planeas adoptar uno, es fundamental que socialices a tu Husky lo antes posible, en cuanto llegue a casa.